CAPITULO 17. El mensaje.


Mi asistencia a las reuniones de espiritismo, seguían en pie cada semana. En una de aquellas clases, tuve el gran regalo de lo alto, en el cual, Dios, permitió al espíritu de mí bebé mandarme un mensaje, y este decía así:

“Gracias por quererme tanto y acogerme en tu vientre”

¡Oh! Cuanta felicidad, cuantas gracias que dar al padre por aquella pequeña frase.
Que regalo más grande.
Y por otro lado, nosotros, deberíamos hacerle recordar a ese espíritu en proceso de reencarnación que:

“Gracias a él. Gracias por habernos elegido a mi marido y a mí para venir a nuestra familia. Gracias por pensar que su estancia con nosotros le será útil. Y a parte, nosotros haremos todo lo posible para que pueda pasar de la mejor manera las pruebas que ha venido a realizar.”