CAPÍTULO 27. Nuevas clases y más gimnasia.


Las clases de preparación al parto se realizaban un día a la semana. Y durante el breve periodo de tiempo de un mes. Estas clases resultaban muy lucrativas e interesantes, enseñaban a las gestantes y daban mucha información sobre el embarazo. E incluso, hubo un día dedicado a enseñar también a los futuros papas a dar masajes a los bebés, lo cual ayudaría a la hora de relajarlos y ayudarlos cuando pudieran sufrir los cólicos de lactancia.

La práctica de aquellos masajes se realizo por medio de una muñeca que hacía figurar lo que en un futuro sería el bebé. Todos los padres allí presentes aprovecharon lo máximo posible aquellas instrucciones dadas por la matrona que impartía las charlas. Practicaron con la pequeña muñeca los diferentes masajes de abdomen y como estos actuarían a la hora de que el  pequeño tuviera alguna clase de mal estar.

De hecho, aquellas pequeñas instrucciones fueron muy útiles cuando el bebé llego a casa, debido a que, durante un mes todas las noches padeció de dolores abdominales que gracias a Dios, la mayoría de las veces eran calmados por su padre.

Todo lo que pudimos aprender antes de la llegada de nuestro pequeño bebé fue muy útil, como así resulto. Por ello, además de todas aquellas actividades, mi marido y yo asistimos a algunas otras charlas mas, para poder aprender lo máximo posible sobre el nuevo tema que iba a cambiar nuestra vida.

Con respecto a mi estado físico y salud, en aquella época me encontraba un poco desmejorada. Iban surgiendo algunos dolores. Mis piernas se resentían, no me dejaban realizar algunos ejercicios de gimnasia, tuve algún problema de ciática y continuaba teniendo anemia.

Pese a todo ello, tenía un gran consuelo proveniente del mundo espiritual, buenos espíritus continuaban ayudándome en todo lo posible. También, me reconfortaba el hecho de tener la gran suerte de recibir mensajes provenientes del espíritu de mi bebé, a el cual, algunas veces veían espiritualmente, abrazándome y diciéndome lo mucho que me quería.
Cuantas gracias e de dar a ese pequeño ser de luz que me daba tanto cariño sin yo a veces ser consciente de ello.