CAPÍTULO 20. Dejar el trabajo.


Mi vida laboral me resulto un tanto pesada. Conforme avanzaba el embarazo la situación se iba volviendo más insoportable.
Mi estado de salud era un tanto endeble, me encontraba prácticamente siempre agotada, sufría algún mareo que otro y las nauseas continuaban como en el primer día.
En mi puesto de trabajo la situación aun era peor. Muchas veces el sueño me invadía y no podía hacer nada al respecto. A parte, psicológicamente me encontraba extraña. En el terreno laboral me sentía frustrada. Lo cual era algo que llevaba acarreando desde hacia tiempo.
No me sentía realizada con la tarea que desempeñaba y en aquella época especial de gestación los sentimientos y actitudes antes las cosas tenían mayor repercusión emocional. Por lo que afectó a mí ser, haciendo, que cada día resultara más difícil el ir a trabajar. Yo misma me ponía enferma solo de pensar en el hecho.

No sabía cuánto tiempo iba a  aguantar así. Tenía pensado, por lo menos trabajar hasta los siete meses de gestación pero al final no pudo ser.

Uno de los días en los cuales estaba trabajando como habitualmente, comencé a sentirme mal. Respiraba con dificultad, me mareaba. Al final, tuvieron que llevarme al médico. Este, en un principio, diagnostico que era causa de un posible virus, por lo que me dio un periodo de descanso de un par de días. Pero, al tiempo los síntomas comenzaron a resurgir de nuevo, por lo que volví a visitar a médico el cual concluyo que todo aquello era síntoma de anemia, junto a un cuadro de ansiedad. Yo, no era consciente de que algo me estuviera causando un problema de ansiedad, de manera, que, me explicaron que en el embarazo podrían darse muchos síntomas distintos, en mi caso, yo era una persona nerviosa habitualmente y en el estado en el que me encontraba ese nerviosismo me repercutía negativamente.
Decidieron darme la baja laboral y a raíz de eso, comencé a relajarme y mi estado de salud empezó a mejorar.

Con todos estos hechos acontecidos, podemos llegar a la conclusión de que hay veces en las cuales somos nosotros mismos los culpables del mal estado en el que nos encontramos. Nos creamos nuestras propias enfermedades. Nuestra mente actúa inconscientemente y terminamos enfermando debido a nuestros propios pensamientos negativos. En mi caso, mi subconsciente estaba haciendo todo lo posible para dejar de afrontar una situación que no deseaba, en este caso, mi conflicto con el trabajo y mi sentimiento de no ser útil con la tarea que desempeñaba.