CAPÍTULO 29. Seguimiento médico de la gestación.


Algunas de las pruebas que llevaba hechas durante mi gestación no habían salido bien.
El bebé se encontraba estupendo pero mi cuerpo tenía algunas dificultades tales como anemia, infección de orina y algunas pruebas tales como el O´sullivan más altas de lo debido. Por ello, tuvieron que asegurarse y realizar más pruebas para poder descartar el posible hecho de hacerme diabética por culpar de la gestación.

Aun así, mi fe en Dios, en su bondad, su justicia divina y su sabiduría, me hacían permanecer tranquila. Sabía que nada sucedería sin su permiso.
Todo lo que debiera acontecer tendría una causa justa y justificada. Y en el fondo, yo sentía que a mi bebé nada malo le debía pasar (además mucha gente estaba pidiendo a Dios por él, para que estuviera sano y perfecto e incluso espiritualmente llevaban un seguimiento de su estado) y respecto a mí, todo lo que pudiera acontecer lo dejaba en manos de Dios.

Tenía claro que todos los acontecimientos, buenos o malos serían motivo de enseñanzas y progreso para mi espíritu.


Las pruebas salieron bien, y al final todo estaba correcto, tal vez un poco alta la azúcar pero sin correr ningún riesgo.