CAPÍTULO 5. El día de la prueba de embarazo.


En el año en el cual me encontraba, la tecnología ya estaba bastante avanzada y no era necesario ir a visitar a ningún médico para realizar una simple prueba de embarazo, habitualmente existían muchos métodos para confirmar el feliz estado.

Esta vez, decidí esperar a la falta del periodo antes de realizar la prueba, así que, después de dos días de retraso de la regla, en los cuales me encontraba muy nerviosa ante la posibilidad de que estuviera equivocada y llegara el periodo, no pude aguantar más. La duda pasaba a envolver mi vida. Constantemente iba al servicio para verificar si había alguna mancha o señal indicativa.
De manera que compre un test de embarazo y espere que llegara el sábado para realizar la gran prueba.

Cuando al fin llego el día esperado, mi marido y yo, nos levantamos bien temprano, ya que la inquietud no nos dejaba dormir mas.

Tome una muestra de orina y proseguimos a realizar el test.
Había que espera unos minutos, los cuales pasaban muy lentamente.
Debían empezar a colorearse rayitas rojas en aquella especie de lápiz de plástico, las cuales indicarían el feliz estado.
Y allí nos encontrábamos los dos. Esperando, nerviosos. Y solo había surgido una sola de aquellas dos rayitas necesarias para la confirmación.
El tiempo iba transcurriendo y nuestro nerviosismo aumentando.
Surgieron bromas, comentarios y de repente, comenzó, comenzó a surgir levemente la rayita de confirmación.
¡Ya! Ya era oficial. Seriamos papas de una nueva oportunidad de reencarnación de un espíritu a este mundo.

Ahora ya comenzaba la nueva tarea. Y pedí a Dios que me diera fuerza y me encaminara para mi nueva vida.