Capítulo 34. Últimas pruebas antes del nacimiento.


Una semana antes del nacimiento del bebé, mi marido y yo tuvimos que ir al hospital debido a unas pequeñas manchas rosas que surgían después de ir al servicio. Ante la preocupación de poder estar perdiendo el tapón mucoso decidimos ir a que me hicieran una exploración y salir de dudas.

En el hospital, nos tranquilizaron comentándonos que no sucedía nada y que aquello solo era una pequeña infección de orina.
Me mandaron un tratamiento a seguir para que cesara aquella infección antes del día de parto y todo fuera bien para entonces.

Tras esto, aun paso una semana más hasta la llegada de las semana cuarenta de gestación en la cual realizaron la última revisión para ver como se encontraba el bebé. Me dirigí de nuevo al Hospital y el tocólogo realizó monitores para confirmar que la gestación seguía su curso normal.

En ella aquella prueba me pusieron unas especies de correas alrededor del abdomen y con ello registraron el ritmo cardiaco del bebé y las contracciones del útero materno.

Terminadas todas las pruebas, el médico, pasó a decirme que todo estaba correcto y que el parto aun se encontraba lejos. Estaba muy verde todavía, según él, para dar a luz. Por lo que me indicó una posible fecha de parto en el cual me lo deberían provocar si no daba a luz ante de la semana cuarenta y dos.

Pese a todo lo indicado por aquel médico, como muchas veces he comentado, el mundo material lleva su ritmo y el espiritual otro totalmente distinto. En este caso, el tocólogo se equivocaba en su diagnostico de estar verde para a luz, ya que el espíritu de mi bebé tenía ya planeada su llegada.