CAPÍTULO 26. Los sentimientos de una gestante.


Las mujeres, cuando se encuentran en el proceso de gestación, pueden actuar psicológicamente de diferentes maneras ya sea de forma alegre, confusa, malhumorada, cualquier tipo de reacción en este periodo de vida puede ser debido a diferentes causas ya bien por el aumento de hormonas que pueden dar estados de ánimo aleatorios o también es posible que la forma de actuar este relacionada con los sentimientos y vibraciones que ejerce el espíritu reencarnante vinculado con nosotros.

Cuando se produce la concepción de un bebé, la madre y el futuro hijo quedan ligados espiritualmente desde el momento en que el ovulo es fecundado. Por esta razón, comparten una vibración que los relaciona a toda hora, de manera pueden sentir el estado de ánimo de cada uno en todo momento. Muchas veces se puede pensar que algo de lo que nos acontece es causado por nuestra propia voluntad y no ser así realmente. Puede ser un reflejo del carácter del espíritu que nos acompaña. Esto no quiere decir que nosotros mismos no actuemos voluntariamente en  la mayoría de las ocasiones, sino, que en algunas ocasiones las cualidades del espíritu reencarnante pueden hacernos actuar ya sea de manera correcta o incorrecta, según la moralidad del espíritu, sin nosotros percibir que las ideas que nos llegan no son nuestras.

En mi caso, la vibración del espíritu de mi bebé era una vibración de mucho amor y sentimientos sublimes. Me hacía sentir enamorada, emocionada. Dio lugar a sacar de mi interior todo lo bello que puede tener cualquier espíritu. Me hacía sentir tan bien, que este hecho me ayudaba a progresar día a día espiritualmente. La experiencia de la maternidad daba más sentido a mi vida y me preparaba para poder entender la gran labor que hacen todas las madres. A dar amor sin esperar nada a cambio. Una ley de caridad que hacemos todos los padres y que debemos devolver de la misma manera como hijos. Es un hecho que abarca a todos los seres y del cual debemos estar concienciados.

De igual manera que durante la gestación la madre e hijo están ligados espiritualmente, después del embarazo y una veces dado a luz al pequeño bebé, estos siguen ligados espiritualmente durante un tiempo. Por lo que la madre en algunas ocasiones puede percibir las energías que lanzan otras personas hacia su bebé. O por lo menos eso fue lo que yo pude experimentar. Cuando alguien mandaba amor a mi pequeño, yo experimentaba aquella energía en mi propio ser. Sentía en mi cabeza lo que el bebé estaba recibiendo.

Todo esto, nos lleva a la conclusión de lo importante que es la energía, vibración que nos rodea y lo mucho que actúa en nuestra vida, al igual que en la del resto de las personas, haciendo que nuestros sentimientos, sensaciones y demás estados de ánimo, puedan funcionar de forma positiva o negativa.