CAPÍTULO 22. Los sueños.


Los sueños son algo cotidiano en todas las personas. Para nuestro cuerpo material, el sueño es muy importante ya que este hace que nuestro cuerpo descanse y reponga energías.

Para nuestro espíritu, el sueño es el momento en el cual puede desprenderse de su materia, los lazos que le unen a él se aflojan y entonces puede recorre el espacio y entrar en relación más directa con otros Espíritus. Al poder comunicarnos con otros espíritus, estos nos pueden esclarecer sobre temas cotidianos, sobre las pruebas por las cuales estamos pasando o están por venir.

Los sueños nos pueden ayudar, nos pueden prevenir de hechos que van a acontecer. Pueden beneficiarnos de muchas maneras, al igual que pueden atormentarnos, ya que a través de ellos también podemos encontrarnos con entidades del bajo astral que estén ligadas a nosotros ya sea por errores cometidos en el pasado o deudas pendientes con otro.

Dejando a un lado lo referente a espíritus que puedan atormentarnos por nuestro pasado, lo cual no es un hecho que acontezca a menudo ya que para ello estos espíritus deberían tener permiso de lo Dios y este, normalmente mediante su justicia divinas siempre hace lo correcto y lo que más nos convenga ya sea auxiliándonos mediante espíritus que velen por nosotros o ya sea dejando que pasemos pruebas o experiencias que nos sirvan de aprendizaje.

Centrándonos simplemente  en los sueños que sean para ayudarnos he de decir que estos al despertar los podemos recordar como algunas imágenes que creemos que no tienen sentido, estas suelen ser simbólicas, ya que no recordamos las cosas tal y como acontecen sino, que volvemos de las experiencia espiritual con un vago recuerdo.

Con referencia a los sueños, he de decir que durante mi periodo de gestación también me auxiliaron los buenos espíritus mediante ellos. Tuve muchos sueños en los que veía a mi futuro bebé en mis brazos.

Hubo varios sueños que me prepararon o avisaron sobre acontecimientos que sucederían. Entre ellos el aviso de que durante el periodo de expulsión de feto tendría alguna complicación. En ese sueño no se veía exactamente lo que pasaría durante el parto, pero el recuerdo que se quedo en mi interior fue la conversación que mantuve con dos espíritus en una habitación de un hospital.

Estos me hicieron entre ver que algo pasaría. También, fui avisada mediante un sueño en el que vi que nada más nacer mi hijo me pondrían este al pecho y este enseguida amamantaría, de esta manera me hicieron saber que podría amantar a mi hijo sin ninguna dificultad. Lo cual resulto cierto ya que pude dar lactancia materna a mi hijo durante más de nueve meses y con un resultado satisfactorio ya que mi bebé tuvo un desarrollo muy bueno.