La fecha del parto ya estaba próxima.
Comencé a preparar la bolsa para el ingreso en el hospital, a lavar la ropita del bebé. Todo cada vez estaba más cercano y la familia también era consciente de ello.
Por suerte, tuvimos noticias del mundo espiritual. Nos llego un mensaje en el cual nos avisaban de que el espíritu que llegaba a nuestra familia, era un espíritu de luz, el cual, venía acompañado de cuatro protectores o guías.
Nos avisaban que la llegada de este ser a este mundo, seria antes de lo que los médicos preveían.
Nos daban el margen de unas fechas entre el nueve y el quince de septiembre.
Por mi parte, esta noticia me reconforta gratamente.
Me alegraba saber que la espera sería cada vez más corta y en breve, mi marido y yo estaríamos compartiendo nuestra vida con ese pequeño ser de tanta luz.
Pero todo ello también dependería de mí. Debía estar tranquila y relajada y dejara que todo fluyera con naturalidad.